lunes, 3 de diciembre de 2007

Te cortas el pene

Baruj atah Adonay, exclamas, y te cercenas el pene, arrojándolo acto seguido por la ventana, con tan buena puntería que acaba en el escote de la señora Dalloway, que empieza a gritar y huye despavorida al interior de su casa. Te apartas de la ventana, satisfecho, pero te das cuenta de que sangras profusamente. No habías pensado en esto, quizás no era tan buena idea empezar el día cortándote la polla. Intentas detener la hemorragia apretando una lechuga contra la herida, pero sin mucho éxito. Ha llegado el

FIN

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Vuelve al principio y elige de nuevo.