"Realmente, ya hay demasiados judíos en el mundo del espectáculo", le dices a Mel Brooks. Él se toma con filosofía tu negativa, te da su tarjeta "por si cambias de opinión" y desaparece entre las sombras. Vuelves a la calle principal y sigues caminando en dirección a casa. Empieza a llover con fuerza. Pronto estás empapado y resbalando una y otra vez. Empiezas a estornudar. Todavía estás lejos de casa, pero a unos metros hay un burdel.
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- Te refugias en el burdel.
- Continúas hasta casa, no puedes entrar en un local así.
lunes, 3 de diciembre de 2007
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