Hoy estás actuando de forma extraña, como si otro decidiera por ti, así que, contrariamente a tus más profundas convicciones, le das un penique a la niña, que te mira con admiración. La niña, con el penique ya en su poder, comienza a gritar: "¡Policía, policía!".
La agarras para hacer que se calle, pero ya es tarde, llegan dos policías y preguntan qué sucede.
-Este señor me ha ofrecido un penique a cambio de una mamada -llora la pequeña-. Y aquí está la prueba -les enseña el penique.
-Y encima es judío -dice uno de los policías-, un cristiano no pagaría tan mal.
Tratas de defenderte, pero no te escuchan.
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- Dejas que te lleven a comisaría, con la esperanza de que allí se aclare todo.
- Saltas en el tiempo.
- Atacas a los policías.
lunes, 3 de diciembre de 2007
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