domingo, 2 de diciembre de 2007

Entras en casa

Te metes las manos en los bolsillos y te acercas a la puerta. "Buenas", dices a los policías, pero estos hacen como si no te hubieran oído. De hecho, tampoco parecen haberte visto, así que entras en casa. Hay unos cuantos agentes dentro, registrándolo todo en busca de evidencias contra ti, pero les ignoras y vas a la cocina a prepararte un té. Ellos también te ignoran. Te tomas el té en el salón, sentado cómodamente en el sofá mientras observas pasar de un lado a otro a los policías. Luego subes a darte una ducha, sin ser molestado en ningún momento.

Aprendes que actuar de forma natural te concede el poder de ser invisible. A partir de entonces, dedicas tu vida a luchar contra el crimen y... Bueno, en realidad utilizas tu recién adquirido poder para tu propio beneficio.

Tu vecina no encuentra explicación a los pellizcos fantasmales que recibe en el culo a todas horas.

No hay comentarios: