lunes, 3 de diciembre de 2007

Vuelves a la ciudad

Vuelves a la ciudad con la esperanza de no ser descubierto y poder llegar a casa a darte un buen baño caliente y descansar de las emociones del día. "Todo se ha truncado a partir del desayuno", piensas.

Las calles están desiertas, oscuras. Las recorres como una sombra más. De pronto, te parece escuchar pasos detrás de ti. Te paras en un portal. Efectivamente, alguien te está siguiendo. Acuciado por la paranoia, caminas más deprisa. Puedes oír que tu perseguidor también lo hace. Para despistarlo, te metes en una callejuela. Sólo entonces te das cuenta del error que has cometido. Es un callejón sin salida. Los pasos suenan ya muy cerca, casi están a la vuelta de la esquina. A tu izquierda hay una alcantarilla abierta.

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- Escapas por el alcantarillado, como otros judíos antes que tú.
- Te enfrentas al desconocido.

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