Sigues a la prostituta por las escaleras, con la vista fija en su perfecto culo. Te hace pasar a una habitación que está exquisitamente decorada con todo tipo de artilugios sexuales, y, mientras cierra la puerta detrás de ti, dice con voz sugerente: "escúchame un momento o dos". Tú has leído el Talmud y reconoces al instante lo que significa eso: se trata de una vampiresa mujer. Te giras enseguida, pero ya ha cerrado la puerta y sonríe mostrando los colmillos, dispuesta a chuparte la sangre y no otra cosa.
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- Te rindes, ya estás cansado de luchar.
- Coges un vibrador y te defiendes con él.
lunes, 3 de diciembre de 2007
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