domingo, 2 de diciembre de 2007

Liberas al extraterrestre

La cerradura no es rival para tus ágiles dedos habituados a manipular ingentes cantidades de dinero, así que abres fácilmente la puerta de la celda. El señor extraterrestre, que lleva un ridículo sombrero, se abalanza sobre ti, te abraza con sus innumerables tentáculos y rompe a llorar en tu hombro. "Yo no quería, me engañaron, yo sólo quería visitar el Partenón", parece decir. Tú le das unas palmaditas en su espalda plagada de protuberancias y le dices que ya pasó todo. Un poco más calmado, te invita a escapar juntos en su nave, que está en un hangar de la base.

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- Aceptas; un extraterrestre y un rabino forman un equipo invencible.
- Golpeas al extraterrestre y le robas el sombrero.

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